La contaminación atmosférica es uno de los principales problemas de la sociedad actual. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) el sector del transporte es la principal fuente de contaminación atmosférica de las ciudades en Europa. Pero, ¿qué sucede con los vehículos eléctricos? El uso de la bicicleta eléctrica no resulta contaminante. Sin embargo, los procesos productivos sí que producen una leve huella de carbono.
300kg de CO2 a la atmósfera, la leve huella de carbono de las bicicletas eléctricas
El proceso de producción y vida útil de una bicicleta eléctrica consta de diversos pasos: extracción de materiales, fabricación, ensamblaje; y posteriormente reciclaje. Cada uno de estos pasos involucra un cierto grado de contaminación. Investigadores de de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid realizaron una investigación para conocer la cifra exacta. El resultado fue que una bicicleta eléctrica tiene una huella de carbono de 300 kilogramos. Es decir que todo el proceso de vida útil de una bicicleta emite 300 kg de CO2 a la atmósfera.
Para entender esta cifra es necesario ponerla en contexto. Estos 300 kg de CO2 se emitirán a lo largo de toda la vida útil estimada de la bicicleta eléctrica, que se calcula en 20.000 kilómetros. Es decir que, en perspectiva, la contaminación diaria de una bicicleta eléctrica es casi nula.
Por otro lado, si se compara la huella de carbono con otros vehículos, se entiende que sea uno de los transportes más sostenibles del mercado. Un coche necesita 10 veces más energía en cada uno de sus desplazamientos, además de que es 125 veces más caro como medio de transporte.
Al año, un usuario promedio de coche deja una huella de 832,2 kilos de CO2. Las motos también presentan una huella de carbono considerable: 525,6 kilos de CO2 al año. Después de los coches y las motos, el autobús ocupa la tercera posición como medio de transporte más contaminante, con una huella de carbono de 271,6 kilos de CO2 al año.
Bicicletas eléctricas: una alternativa sostenible para la movilidad urbana
El estudio de la Universidad Politécnica de Madrid determinó que solo el 7% de la huella de carbono de las bicicletas eléctricas corresponde al consumo de electricidad durante su uso. El 90% restante responde a los procesos de fabricación y mantenimiento. Estos resultados confirman que la reducida huella de carbono que deja la bicicleta eléctrica la convierten en un vehículo totalmente sostenible.