El imparable crecimiento de los VMP, reto y oportunidad para nuestras ciudades

No cabe duda de que la pandemia de covid-19 ha generado un gran cambio en el comportamiento de nuestra especie, y no únicamente en cuanto a cómo nos relacionamos, sino también en la forma en que nos desplazamos. En este retorno a la nueva normalidad, muchas ciudades europeas –entre ellas Barcelona, Milán y París– han apostado por quitarle espacio a los coches para dárselo a las bicicletas, los VMP y los usuarios de la nueva movilidad. Se han diseñado nuevos carriles especiales para ciclistas y patinetes que permitirán reducir los desplazamientos urbanos en coche particular y, de paso, descongestionar el transporte público en un contexto en el que esto es más necesario que nunca.

Pero esto tan sólo es una pequeña batalla ganada. Mientras tanto, la comunidad de usuarios de VMP y bicicletas todavía exigen una serie de medidas para garantizar el correcto uso de las vías y la seguridad de sus usuarios. Entre ellas están: ampliar las redes ciclistas, reabrir los servicios de movilidad compartida, coordinar los semáforos para que la prioridad recaiga en los peatones y usuarios de la ciclopista, conseguir ciudades 30 (donde el límite de velocidad es 30 km/h para todas las vías), hacer respetar los límites de velocidad, desarrollar ayudas a la compra de VMPs y bicicletas, facilitar espacios de aparcamiento seguro para este tipo de vehículos e incluir los VMP en la educación vial que se imparte en las escuelas e institutos.

Así crecen los VMP en Europa

Aunque la llegada de la pandemia causada por la Covid-19 supondrá un freno a la economía mundial, lo cierto es que el sector de los patinetes eléctricos compartidos y otros VMP será uno de los menos afectados. Según datos de Markets&Markets, en 2020, el mercado mundial de servicios con vehículos compartidos tiene un valor de 75 mil millones de dólares, lo que supone una reducción interanual de tan solo un 2%.

En cambio, para 2021 el crecimiento imparable de este sector continuará intacto. Se espera que para el próximo año el mercado de la movilidad compartida alcance un valor de 117 mil millones de dólares, lo que se traduce en un crecimiento del 55,6% en los próximos 12 meses. Esto será posible gracias al aumento en la necesidad de contar con un vehículo personal en una sociedad cada vez más urbanizada, el declive de la industria automotriz y la decadencia del automóvil en propiedad, así como los objetivos de emisiones de CO2 cada vez más exigentes que los gobiernos están imponiendo tanto a los fabricantes de coches como a las ciudades.

Tradicionalmente, en países europeos como Francia, Italia, España, Holanda, Dinamarca y Suecia, la preferencia por el uso de la bicicleta como principal medio de transporte en el ámbito local es un hecho indiscutible: entre el 15% y el 45% de los recorridos de entre 7 y 10 kilómetros se realizan en bicicleta. La bicicleta es un medio de transporte simple y barato, al alcance de todo el mundo, que además te provee de una actividad física ligera que te ayuda con la salud. Pero con la llegada de las bicicletas eléctricas o pedelec, las cuales cuentan con la asistencia de un motor eléctrico, este eficiente y popular medio de transporte se ha democratizado todavía más, facilitando su uso a personas con menor capacidad física o habitantes de zonas menos accesibles y con pronunciadas pendientes.

Los patinetes eléctricos, imparables en España y Europa

Por su parte, el uso del patinete eléctrico como principal medio de transporte en recorridos cortos y urbanos no ha hecho más que crecer exponencialmente en el último lustro. Entre 2016 y 2017, el número de patinetes eléctricos no ha hecho más que cuadruplicarse hasta alcanzar las 350.000 unidades. Desde entonces el crecimiento ha seguido una tendencia exponencial, multiplicando la cifra por tres en 2018 (+1.000.000) y continuando con esta tendencia alcista en todo 2019. En cuanto al uso privado de patinetes eléctricos por mercados, España es el país con mayor crecimiento (498% anual), seguida de Francia, Alemania e Italia. De hecho, el 55% de todos los patinetes eléctricos se encuentran en España y Francia. Lo mismo sucede con la expansión de los servicios de micromovilidad compartida, pues desde 2019 la mayoría de países europeos cuentan con patinetes eléctricos de alquiler en sus ciudades. De nuevo, España y Francia lideran la adopción de este servicio, siendo las ciudades de Madrid, París y Barcelona las que cuentan con un mayor número de patinetes de alquiler. Les siguen Berlín, Milán, Roma y Niza.

Por si fuera poco, muchas compañías europeas de carsharing están empezando a ofrecer patinetes eléctricos de alquiler como alternativa para el transporte de última milla en las ciudades europeas. Es el caso de Swiss Mobility y la austríaca ÖAMTC, que ofrecen este servicio desde 2018. Esta tendencia continuó durante 2019 y en la actualidad se está expandiendo hacia las grandes marcas de automóviles: el fabricante español SEAT se asoció a Segway para lanzar su primer patinete eléctrico y Skoda hizo lo propio acompañando uno de sus más recientes lanzamientos. ¿Le habrá visto la industria del automóvil las orejas al lobo?

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