Una última milla urbana sostenible y sin congestiones de tráfico es posible

Los desafíos a los que debe hacer frente la última milla logística no han parado de crecer en los últimos años. Encabezados por el incesante aumento de la demanda y por las entregas cada día más exigentes, rápidas y eficientes. Y seguidos por el reto de la sostenibilidad, el sorteo de tráficos congestionados o la irrupción de tecnologías avanzadas. La evolución de la última milla no se detiene y las empresas han de aprender a convivir con el cambio constante, con la adaptación a las circunstancias de cada momento. Y al mismo tiempo continuar satisfaciendo las necesidades de cada uno de sus clientes.

En las ciudades los desafíos se multiplican. Los servicios de última milla han de encontrar el equilibrio entre la eficiencia y la sostenibilidad. Es por ello que han surgido multitud de alternativas sostenibles para sustituir el antiguo modelo de reparto, sin tener que renunciar a la calidad del servicio. Unas alternativas que pasan por cambiarse a la electricidad: los vehículos eléctricos, tales como bicicletas, triciclos, motos o incluso furgonetas, reducen la huella de carbono y mejoran la calidad del aire en las ciudades al tiempo que contribuyen a la optimización de la movilidad urbana y a reducir el tráfico.

Los vehículos eléctricos de última milla y la reducción del tráfico

En las ciudades es muy habitual encontrarse con constantes atascos que no hacen más que retrasar las entregas de cualquier empresa. Un molesto hecho que provoca que los productos transportados sufran el riesgo de perder calidad o que los clientes se desesperen y retiren la confianza que depositan en el servicio de dichas empresas. Ante esta situación, la creación o renovación de flotas de última milla logística a partir de vehículos eléctricos no solo favorece a la eficiencia y rendimiento del servicio, sino que también contribuye a la consecución de unas calles menos congestionadas por el tráfico. ¿Y cómo consiguen esto?

Mayor agilidad.

Por norma general, vehículos eléctricos de última milla como bicicletas, triciclos, cuadriciclos, motos o furgonetas compactas tienen unas dimensiones más reducidas que las de vehículos tradicionales de reparto como coches, furgonetas grandes o camiones. Una característica que les permite moverse con más agilidad por calles congestionadas.

Mayor eficiencia y accesibilidad.

La mayoría de los vehículos eléctricos pueden acceder a cualquier espacio del núcleo urbano e interurbano de ciudades, incluso por calles estrechas y, en muchos casos, peatonales. Una característica que permite a las empresas planificar sus rutas de forma más eficiente, evitar congestiones de tráfico y llegar de forma rápida a todos sus clientes sin poner en riesgo la calidad de los productos transportados.

Menor contaminación.

Los vehículos eléctricos de última milla son más silenciosos y menos contaminantes que los vehículos convencionales, lo que les permite acceder a zonas de difícil acceso como áreas residenciales o de baja movilidad.

Menor tráfico de pasajeros.

La última milla reduce el tráfico de vehículos de pasajeros en las calles, ya que los productos que se necesitan llegan a la puerta del cliente. Así, los vehículos eléctricos alternativos para entregas, como bicicletas o motos, contribuyen a reducir la congestión al sacar a estos transportes más tradicionales de circulación.

Una solución sostenible con la que poner fin a los atascos

Definitivamente, el vehículo ideal para la última milla urbana existe. Un vehículo 100% sostenible con el que llegar rápidamente a cualquier espacio y con el que sortear cualquier atasco -incluso con el que ayudar a que no se produzcan- gracias a sus prestaciones. Se trata de la bicicleta eléctrica plegable LITTIUM IBIZAUn vehículo alternativo que permite la optimización máxima del reparto gracias a sus reducidas dimensiones. Es capaz de acceder a cualquier espacio tanto peatonal como de carretera y avanzar de una manera más rápida y eficiente en ciudades con alta congestión de tráfico.

La bicicleta LITTIUM IBIZA es una solución de última milla especialmente diseñada para los sectores de paquetería y food delivery, pero también es aplicable en múltiples sectores como el traslado interno de mercancía, movimiento de trabajadores en fábricas o grandes almacenes logísticos y plantas de almacenaje. Además, dada su dimensión y sus reducidos costes, también es ideal para el movimiento interno de staff en resorts, festivales, parques temáticos, etc. Ya sea para reparto con mochila o para reparto con baúl, con diferentes capacidades de carga disponibles, esta bicicleta eléctrica llega a más sitios y en menos tiempo que la mayoría de vehículos de última milla.

Destaca por sus reducidas dimensiones, por su maniobrabilidad y por ser plegable. Se adapta a las necesidades de todo tipo de rutas, permitiendo acceder a cualquier espacio o calle estrecha y avanzar rápidamente incluso en ciudades con gran densidad de tráfico. Su autonomía de hasta 100 km permite llevar a cabo turnos enteros de reparto en modo eléctrico, con la comodidad que ello supone para los riders. Y si se necesita más autonomía, su batería extraíble permite ser cambiada para continuar operando.

En definitiva, conseguir la máxima eficiencia en las rutas de reparto de una empresa, de forma sostenible y contribuyendo a la descongestión de las ciudades es posible gracias a vehículos eléctricos alternativos como la LITTIUM IBIZA. Un vehículo con el que superar todos los desafíos de la última milla logística y adaptarse a los nuevos modelos de servicio.

Deja un comentario