Ya antes de la pandemia, las bicicletas eléctricas estaban ganando lugar entre los ciudadanos de todo el mundo. Según un estudio, el 25% de los europeos ha utilizado una bicicleta eléctrica en 2020. El coronavirus no hizo más que aumentar esta tendencia. Los coches pierden espacio mientras que las bicicletas eléctricas lo ganan. En este contexto, los carriles bici avanzan en la fisonomía de varias ciudades del mundo.
El avance de los carriles bici es una variable que se repite en varias ciudades del mundo. La coyuntura aceleró una transformación que ya estaba en marcha. Barcelona ha añadido 21 km temporales, que se convertirán en permanentes. Van por el centro de la ciudad y a costa del coche. Por su parte, Madrid ha construido 12 kilómetros provisionales inconexos y sin quitar espacio al coche.
Los carriles bici suman kilómetros en España y en todo el mundo
Esta transformación alcanza también otras ciudades de España, que apuestan por la movilidad sostenible a través de los carriles bici. Vitoria-Gasteiz ha habilitado ocho kilómetros de carriles bici para conectar puntos estratégicos. En este caso, se trata de vías de coche reconvertidas con pintura y bolardos. Zaragoza ha construido avenidas con limitación a 30 km/h para coches y bicis.
Este fenómeno se repite en todo el mundo. Debido a la crisis sanitaria, París ha construido otros 50 kilómetros de carriles bici temporales. Estos carriles son anchos y quitan espacio al coche, fomentando el uso de bicicletas eléctricas. Estos avances se corresponden a una demanda de los ciudadanos. En 2020, la demanda de vehículos sostenibles en España aumentó un 144%.
Carriles bici: una opción eficaz para un transporte seguro y sostenible
Bogotá es otro ejemplo de transformación. La capital colombiana ha doblado el porcentaje de ciclistas con 80 kilómetros de carriles bici adicionales. En Europa, durante la desescalada, Berlín construyó 27 kilómetros de infraestructura temporal. Londres también se sumó al fenómeno: la capital inglesa creó más de 30 kilómetros de carriles bici permanentes. De hecho, un tercio de los londinenses iría en patinete eléctrico al trabajo.
Las 10 ciudades más pobladas de España muestran cariles bici que varían en su infraestructura. Algunas como Valencia, Zaragoza o Sevilla poseen una red amplia en la que las bicis pueden moverse de forma segura. Otras, como Madrid, Málaga o Bilbao, cuentan con una infraestructura menor, más difícil para desplazarse. Otras, como Barcelona o Murcia, muestran una situación intermedia. En el caso de la capital catalana, los carriles bici son pocos por habitante pero de calidad y útil.
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Via | El País