Tesla Supercharger 2012-2050: Pasado, presente y futuro de la red de recarga más avanzada del mundo

Tesla es una empresa que no necesita presentación. Su visión de acelerar la transición hacia un transporte sostenible ha revolucionado la industria automotriz y ha creado una legión de fans y admiradores. Pero Tesla no solo fabrica coches eléctricos, sino que también ofrece una solución integral para la recarga de sus baterías: los Superchargers.

Los Superchargers son estaciones de recarga rápida de corriente continua que permiten a los conductores de Tesla rellenar sus baterías en cuestión de minutos, en lugar de horas. Estas estaciones están ubicadas estratégicamente cerca de las principales autopistas y en lugares con servicios para los viajeros, como restaurantes, tiendas o baños. Además, muchas de ellas cuentan con paneles solares que generan energía limpia y reducen el impacto ambiental.

Pero, ¿cómo surgió esta red de recarga tan innovadora y eficiente? ¿Qué hitos ha alcanzado a lo largo de su historia? ¿Qué retos y oportunidades tiene de cara al futuro? En este reportaje vamos a repasar la evolución de los Superchargers de Tesla desde su nacimiento hasta la actualidad, y a ver qué nos depara el mañana.

2012: El inicio de una revolución

El año 2012 fue clave para Tesla. Fue el año en que lanzó al mercado su primer coche eléctrico de producción masiva: el Model S. Este sedán de lujo ofrecía una autonomía, una potencia y una tecnología nunca vistas antes en un vehículo eléctrico. Pero Tesla sabía que para que sus clientes pudieran disfrutar plenamente de su coche, necesitaban una forma rápida y cómoda de recargarlo en sus viajes.

Por eso, el 24 de septiembre de 2012, Tesla presentó su red de Superchargers, coincidiendo con la entrada en producción del Model S. La red se estrenó con seis estaciones en California, Nevada y Arizona, que permitían a los conductores de Tesla viajar gratis entre San Francisco, Los Ángeles, Las Vegas y Phoenix. Cada estación tenía una potencia de 100 kW y podía cargar la batería de un Model S al 50% en unos 20 minutos, o al 80% en unos 40 minutos.

El objetivo de Tesla era crear una red de recarga que fuera tan conveniente y accesible como la de las gasolineras, pero con una diferencia: la electricidad sería gratuita para los propietarios de Tesla. Así, Tesla quería ofrecer una ventaja competitiva a sus clientes y fomentar la adopción de los coches eléctricos.

2013-2015: La expansión nacional e internacional

Tras el éxito inicial de los Superchargers, Tesla no tardó en ampliar su red tanto dentro como fuera de Estados Unidos. En 2013, Tesla inauguró sus primeras estaciones en la costa este de EE.UU., en Canadá, en Europa y en China. En 2014, Tesla alcanzó los 200 Superchargers en todo el mundo, y anunció que había suministrado más de 14 millones de kWh de electricidad gratuita a sus clientes, lo que equivalía a evitar la emisión de más de 6.000 toneladas de CO2. En 2015, Tesla llegó a los 500 Superchargers, y celebró que sus clientes habían recorrido más de mil millones de kilómetros usando la red.

Durante estos años, Tesla también mejoró la tecnología y el diseño de sus Superchargers. En 2014, introdujo la versión 2 de los Superchargers, que aumentaba la potencia máxima a 150 kW y permitía cargar la batería de un Model S al 80% en unos 30 minutos. Además, Tesla empezó a instalar paneles solares en algunas de sus estaciones, con el fin de generar energía renovable y reducir la dependencia de la red eléctrica. En 2015, Tesla presentó los Superchargers urbanos, unos dispositivos más pequeños y de menor potencia (72 kW) que se adaptaban mejor a las necesidades de los conductores que vivían o trabajaban en las ciudades.

2016-2019: El crecimiento exponencial y el fin de la gratuidad

En 2016, Tesla lanzó al mercado su segundo coche eléctrico de producción masiva: el Model X. Este SUV de lujo seguía la estela del Model S, pero con más espacio, más prestaciones y más innovaciones, como las puertas traseras de ala de halcón. El Model X también era compatible con los Superchargers, lo que aumentó la demanda de la red de recarga.

Para satisfacer esta demanda, Tesla aceleró el ritmo de instalación de nuevas estaciones y conectores. En 2017, Tesla alcanzó los 1.000 Superchargers en todo el mundo, y anunció que había suministrado más de 200 millones de kWh de electricidad gratuita a sus clientes, lo que equivalía a evitar la emisión de más de 90.000 toneladas de CO2. En 2018, Tesla llegó a los 10.000 conectores, y celebró que sus clientes habían recorrido más de 10 mil millones de kilómetros usando la red. En 2019, Tesla superó los 15.000 conectores, y se convirtió en la empresa con la mayor red de recarga rápida del mundo.

Sin embargo, el crecimiento de la red de Superchargers también supuso un aumento de los costes para Tesla, que hasta entonces había ofrecido la electricidad gratis a sus clientes como una forma de promoción. Por eso, a partir de 2017, Tesla empezó a cobrar por el uso de los Superchargers a los nuevos propietarios de sus coches, excepto a los que compraran un Model S o un Model X con una referencia de otro cliente. El precio de la electricidad variaba según el país, el estado, la hora y la demanda, y se podía pagar por kWh consumido o por minuto de conexión. Tesla aclaró que no buscaba obtener beneficios con los Superchargers, sino cubrir los costes de operación y mantenimiento, y que seguiría invirtiendo en la expansión de la red.

2020-2021: La llegada de la tercera generación y la apertura a otros fabricantes

En 2020, Tesla lanzó al mercado su tercer coche eléctrico de producción masiva: el Model 3. Este sedán compacto era el más asequible y el más vendido de la marca, y también el más eficiente y el más avanzado. El Model 3 también era compatible con los Superchargers, pero con una novedad: podía aprovechar la potencia de la tercera generación de los Superchargers, que Tesla había presentado en 2019.

Los Superchargers de tercera generación, o V3, eran los más potentes y rápidos hasta la fecha. Tenían una potencia máxima de 250 kW y podían cargar la batería de un Model 3 al 80% en unos 15 minutos. Además, estos Superchargers no compartían la potencia entre dos conectores, sino que la entregaban de forma individual a cada coche. También tenían un cable más fino y ligero, que usaba refrigeración líquida. Los Superchargers V3 se empezaron a instalar en 2019 en Estados Unidos, y en 2020 se extendieron a Europa y a Asia.

En 2021, Tesla alcanzó los 25.000 conectores en todo el mundo, y anunció que había suministrado más de 2.500 millones de kWh de electricidad a sus clientes, lo que equivalía a evitar la emisión de más de 1,1 millones de toneladas de CO2. Además, Tesla sorprendió al mundo al anunciar que abriría su red de Superchargers a otros fabricantes de coches eléctricos, empezando por Europa. Para ello, Tesla desarrolló una versión 4 de los Superchargers, que tenía una potencia máxima de 615 kW (aunque limitada a 250 kW por el momento), un cable más largo y un lector de tarjetas de crédito para cobrar a los usuarios no-Tesla.

La red Tesla Supercharger en España en 2023

Tesla ha ampliado y mejorado su red de carga rápida en España durante los últimos años, ofreciendo a sus clientes y a los de otras marcas una experiencia de conducción más cómoda y sostenible. La red de Superchargers de Tesla, que cuenta con la mayor potencia y velocidad de carga del país, ha pasado de 33 estaciones y 216 puntos en 2021 a 62 estaciones y 516 puntos en 2023, cubriendo las principales rutas y ciudades españolas.

Además, Tesla ha abierto su red de Superchargers a todos los coches eléctricos compatibles con el estándar CCS, que es el más utilizado en Europa, mediante una suscripción mensual de 12,99 euros o un pago por uso. De esta forma, Tesla ha democratizado el acceso a la carga rápida, ofreciendo a los conductores de otras marcas la posibilidad de beneficiarse de su infraestructura y su tecnología.

Los Superchargers de Tesla son capaces de suministrar hasta 250 kW de potencia, lo que permite recuperar hasta 275 kilómetros de autonomía en tan solo 15 minutos. Además, los coches Tesla se comunican con los Superchargers para optimizar la carga, preacondicionando la batería y ajustando la potencia según la demanda. Los usuarios pueden consultar el estado de la carga en tiempo real desde la pantalla del coche o desde la aplicación móvil de Tesla, así como planificar sus viajes con el asistente de rutas integrado.

Tesla también ha bajado el precio de la carga rápida en sus Superchargers, que ahora cuesta 0,39 euros/kWh en hora valle y 0,43 euros/kWh en hora punta, lo que supone una rebaja del 25% respecto al año anterior. Con estos precios, cargar un Tesla Model 3 o un Tesla Model Y con la batería de 60 kWh cuesta unos 23 euros en hora valle y algo menos de 26 euros en hora punta, lo que es más barato que repostar gasolina o diésel.

La red de Superchargers de Tesla es un factor clave para el éxito de la compañía, que ha vendido más de 20.000 coches en España en 2023, duplicando las cifras del año anterior. Tesla se ha consolidado como la marca de referencia en el segmento de los vehículos eléctricos, ofreciendo una gama de modelos con una alta autonomía, un diseño innovador, una conducción inteligente y una red de carga rápida y eficiente.

2024-2050: El futuro de Tesla Supercharger

La red de Superchargers de Tesla, que actualmente cuenta con más de 30.000 puntos de carga en más de 70 países, podría llegar a superar los 100.000 puntos de carga en más de 100 países para el año 2050, cubriendo las principales rutas y ciudades del planeta.

Además, Tesla planea aumentar la potencia y la velocidad de carga de sus Superchargers, que actualmente pueden suministrar hasta 250 kW, lo que permite recuperar hasta 275 kilómetros de autonomía en tan solo 15 minutos. Según el fundador y CEO de Tesla, Elon Musk, la compañía está trabajando en el desarrollo de los Superchargers V4, que podrían alcanzar los 500 kW de potencia, lo que reduciría el tiempo de carga a la mitad. Asimismo, Tesla pretende incorporar la tecnología de carga inalámbrica a sus Superchargers, lo que permitiría a los coches Tesla cargar sus baterías sin necesidad de conectar ningún cable.

Otro de los retos de Tesla es integrar su red de Superchargers con el sistema de energía solar y las baterías de almacenamiento, lo que le permitiría generar y almacenar su propia electricidad, reduciendo su dependencia de la red eléctrica y aumentando su eficiencia y su sostenibilidad. Tesla ya ha instalado paneles solares y baterías Powerwall en algunas de sus estaciones de carga, y espera hacerlo en todas ellas en el futuro. Además, Tesla quiere ofrecer a sus clientes la posibilidad de compartir la energía sobrante de sus baterías con otros usuarios o con la red eléctrica, lo que les permitiría obtener ingresos adicionales y contribuir a la estabilidad del sistema.

La red de Superchargers de Tesla es un factor clave para el éxito de la compañía, que aspira a convertirse en el líder mundial en el segmento de los vehículos eléctricos, ofreciendo una gama de modelos con una alta autonomía, un diseño innovador, una conducción inteligente y una red de carga rápida, eficiente y segura. Tesla se enfrenta a varios desafíos, como la competencia de otras marcas, la regulación de los mercados, la infraestructura de las redes eléctricas y la demanda de los consumidores, pero también cuenta con varias ventajas, como su capacidad de innovación, su visión de futuro, su compromiso con el medio ambiente y su fidelidad de sus clientes.

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