Experiencia de usuario y precios asequibles: cómo Noruega se convirtió en el líder mundial de coches eléctricos

El aumento de la popularidad de los coches eléctricos es un fenómeno global: de acuerdo con un estudio de Ernst & Young, en 2022 la venta de estos vehículos creció un 55% en todo el mundo. Sin embargo, hay algunos países en los que este crecimiento está siendo más rápido, como ocurre en Noruega, en donde nueve de cada diez coches vendidos son electrificados (BEV y PHEV). Este país lidera la adopción de vehículos eléctricos: ¿Cuáles son algunas de las claves de su éxito? 

Think: un precursor de la movilidad eléctrica en Noruega

Las cifras de compra y uso de coches eléctricos en Noruega es impresionante. El objetivo del gobierno es que para 2025 todos los coches nuevos vendidos sean de cero emisiones, ya sean eléctricos o de hidrógeno. Pero para lograr este presente tan exitoso hay que remontarse unos años atrás cuando Noruega comenzó su ambiciosa transición hacia la movilidad sostenible. De esta forma, se puede tomar dimensión de las medidas y las claves del caso de éxito. 

El primer acercamiento que el país nórdico tuvo con el coche eléctrico fue en la década de 1990. En ese entonces, se lanzó Think, un vehículo eléctrico compacto fabricado en Noruega, diseñado principalmente para la conducción urbana. Además de su popularidad, el logro de Think fue convencer al gobierno noruego para que subsidiase al coche eléctrico. De esta forma, Think y otros vehículos eléctricos estaban exentos de impuestos, circulaban gratis por las autopistas de peaje y tenían aparcamiento gratuito.

Tesla Model S, un ejemplo de coche eléctrico sofisticado

El gobierno noruego también decidió que los coches eléctricos también estuvieran exentos de los impuestos al valor agregado y de importación. Estos impuestos son tradicionalmente altos para los automóviles en Noruega. De esta forma, se impulsó que otros coches eléctricos entraran al mercado. Esta fue una excelente medida para dar un empujón adicional a los coches eléctricos. Pocos años después apareció un modelo que iba a ayudar a instalar definitivamente el coche eléctrico: el Tesla Model S.

La introducción al mercado del Tesla Model S en 2012 aceleró la adopción de coches eléctricos en el país Nórdico. Sobre todo por las posibilidades que ofrecía. Si el Think ofrecía una autonomía de 160 kilómetros y una velocidad máxima de 100 km/h, el modelo de Tesla alcanzaba los 426 km de autonomía y una velocidad máxima de 209 km/h. Y a todo esto hay que sumarle el equipamiento de alta gama del Model S. De esta forma, los usuarios de Noruega comenzar a vislumbrar las posibilidades reales del coche eléctrico.

Incentivos para la compra y eliminación de impuestos

Gracias al éxito del Tesla Model S, otros fabricantes comenzaron a introducir sus modelos eléctricos. Llegaron el Nissan Leaf, el e-Golf, que ayudaron a cimentar la popularidad de los coches eléctricos en Noruega. De esta forma, el parlamento noruego acordó mantener los incentivos y ayudas, argumentando que la electrificación del parque automotor representaba una de las principales herramientas para disminuir la huella de carbono y alcanzar las metas del Acuerdo de París.

Aunque los incentivos para la compra han disminuido en los últimos años, fueron un aspecto crucial para la promoción de coches eléctricos. Además de eliminar los impuestos de importación y circulación, el gobierno ofrecía incentivos adicionales, como descuentos en peajes y estacionamientos gratuitos en ciudades. Estas medidas hicieron que los coches eléctricos fuesen más atractivos para los consumidores noruegos, impulsando la demanda de manera exponencial.

Red de infraestructura de carga: otra de las claves para el crecimiento del coche eléctrico en Noruega

Otro aspecto fundamental del crecimiento del coche eléctrico en Noruega fue su extensa y accesible infraestructura de carga. Para 2015, Noruega ya tenía 10.000 estaciones de carga y aunque esto ha ido aumentado exponencialmente desde entonces, logró disipar rápidamente la «ansiedad por autonomía» que sigue siendo un factor disuasorio para muchos potenciales compradores de vehículos eléctricos. Los conductores noruegos pueden encontrar fácilmente estaciones de carga en áreas urbanas, centros comerciales, y hasta en carreteras.

De hecho, en años recientes se creó la Norwegian EV Association, una organización sin fines de lucro que ayuda a promover la adopción y el uso de vehículos eléctricos. De acuerdo con los datos de esa asociación, ahora hay aproximadamente un cargador rápido por cada 100 vehículos eléctricos en Noruega. Esta cifra es suficiente para abastecer a los nuevos y potenciales propietarios de vehículos eléctricos. De hecho, se trata de la tercera red eléctrica más grande de Europa, por detrás de Alemania y Reino Unido.

El siguiente desafío de la Norwegian EV Association es disminuir la complejidad respecto de los pagos y métodos de carga de coches eléctricos. Actualmente, cada proveedor de carga ofrece diferentes plataformas y aplicaciones, lo que aumenta el tiempo de carga y genera esperas. El objetivo es simplificar la experiencia de usuario, para poder realizar pago automático o con tarjeta de crédito y débito. Por esto, se decidió que todas las estaciones de carga deben incluir opción de pago con tarjeta a partir de este año.

Sin duda, un caso de éxito digno de estudio, el mercado Noruego fue ‘early adopter’ del coche eléctrico, y a lo largo de estos años, las políticas centrales, locales, y hasta iniciativas de usuarios, han confluido para brindar una experiencia positiva respecto a la movilidad eléctrica. Muy coherente la apuesta de Noruega, testeando el mercado con un producto sencillo como el Think, luego abriendo fronteras a productos innovadores, política fiscal que ha favorecido la adquisición y uso, y cimentando una buena experiencia de usuario a través de una red de recarga sólida. ¿Lo tiene todo? ¿Es un oasis? ¿Faltan cosas por hacer? te leemos en comentarios.

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Fuente | Euronews

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